Equalizer 4 (2025)
July 30, 2025
Equalizer 4 (2025) regresa con una fuerza arrolladora, llevando al legendario Robert McCall —interpretado una vez más por el imponente Denzel Washington— a un terreno emocional y físico aún más oscuro. Esta entrega no solo supera las expectativas de la franquicia, sino que redefine el género de acción con una narrativa cargada de intensidad, redención y justicia. La película se ambienta en Europa del Este, donde McCall se enfrenta a una red internacional de tráfico humano con conexiones políticas inquietantemente profundas.

Desde los primeros minutos, la película sumerge al espectador en una atmósfera opresiva y tensa, con escenas perfectamente coreografiadas que combinan brutalidad y precisión quirúrgica. McCall, ahora un hombre aparentemente retirado, es obligado a salir de su paz forzada cuando una joven que él ayudó años atrás desaparece en circunstancias misteriosas. Lo que comienza como una investigación personal se transforma rápidamente en una cruzada sangrienta contra un sistema corrupto que ha prosperado durante décadas en la sombra.
La actuación de Denzel Washington es magistral. Su interpretación aporta profundidad a un personaje que ya es icónico. McCall no solo es una máquina de combate, sino también un alma atormentada en busca de equilibrio moral. En esta entrega, lo vemos más introspectivo, casi filosófico, enfrentando no solo a sus enemigos sino también a sus propios demonios. Cada palabra que pronuncia y cada mirada que lanza revelan el peso de las decisiones que ha tomado en su vida.
La dirección de Antoine Fuqua brilla con fuerza. Su estilo visual es impecable, combinando paisajes sombríos con una fotografía que acentúa la soledad del protagonista. La acción no es gratuita: cada pelea, cada tiroteo, tiene una razón de ser, y la tensión se sostiene magistralmente durante las dos horas de metraje. El ritmo nunca decae y mantiene al público al borde del asiento hasta el último fotograma.
La banda sonora, compuesta por Harry Gregson-Williams, potencia cada escena con una mezcla de sonidos electrónicos oscuros y cuerdas dramáticas. La música acompaña el viaje emocional de McCall, intensificando tanto los momentos de violencia como aquellos breves instantes de humanidad que el personaje aún conserva. Estos detalles convierten a Equalizer 4 en una experiencia cinematográfica sensorial y visceral.
En definitiva, Equalizer 4 no es solo una secuela: es la culminación de una saga que ha sabido evolucionar con inteligencia y fuerza. Es una película que reflexiona sobre la justicia, el precio de la redención y el significado de hacer lo correcto en un mundo podrido. Si este es el capítulo final de Robert McCall, es sin duda uno digno de aplauso de pie.
