SIGO SIENDO YO (2026)
July 27, 2025
Sigo Siendo Yo (2026) es una secuela emocionalmente poderosa que retoma la historia de Louisa Clark después de los eventos que marcaron su vida en Antes de ti y Después de ti. Esta vez, Lou (interpretada brillantemente por Emilia Clarke) ha madurado, pero aún lleva consigo las cicatrices invisibles del pasado. Decidida a honrar la memoria de Will Traynor, se embarca en un nuevo viaje que no solo la lleva a otro país, sino a una exploración profunda de sí misma. La película nos sumerge en un relato íntimo sobre identidad, redención y la eterna búsqueda de pertenecer.

El guion está lleno de sutilezas emocionales que no necesitan dramatismo excesivo para tocar al espectador. La historia se desarrolla en una vibrante ciudad costera italiana, donde Lou trabaja en un hotel boutique mientras reconstruye su vida. Allí conoce a Matteo (interpretado por Michele Riondino), un chef con un pasado igualmente roto, y entre ambos surge una conexión sincera pero compleja. El filme evita caer en clichés románticos, prefiriendo explorar la fragilidad humana y la dificultad de volver a amar cuando aún se guarda duelo.
La dirección de Sam Taylor-Johnson aporta una sensibilidad visual única, con escenas que parecen cuadros vivos, bañadas por una luz dorada que contrasta con los silencios pesados de los personajes. La estética está cuidada al detalle, desde los colores hasta la música melancólica que acompaña los momentos clave. No es solo una historia de amor: es un viaje emocional que honra el dolor sin glorificarlo y celebra la resiliencia sin edulcorarla.
Uno de los grandes aciertos de Sigo Siendo Yo es cómo trata el legado emocional. Louisa no olvida a Will, pero tampoco se queda atrapada en su sombra. Las cartas que él le dejó en el pasado resurgen aquí con un nuevo significado, guiándola no hacia un “nuevo amor”, sino hacia una comprensión más madura de quién es y qué merece. El crecimiento del personaje se siente real, profundo, y ofrece una representación poderosa de lo que significa seguir adelante sin olvidar.
Las actuaciones son impecables. Emilia Clarke demuestra una vez más que Louisa es su papel más entrañable, dotándola de una calidez inigualable, mientras Riondino aporta un equilibrio perfecto entre vulnerabilidad y encanto. Los personajes secundarios, aunque menos desarrollados, aportan matices y reflejos que enriquecen el universo emocional de la historia. Cada interacción está impregnada de una humanidad palpable que conmueve sin manipular.
Sigo Siendo Yo es una obra que habla al alma. No necesita grandes giros argumentales ni efectos visuales llamativos para impactar. Lo hace con verdad, con belleza y con un respeto profundo por las emociones humanas. Es una carta de amor a quienes hemos perdido, pero sobre todo, a quienes seguimos luchando por encontrarnos a nosotros mismos. Una película que invita a recordar que incluso después del dolor… uno puede seguir siendo uno mismo.
