The Pass (2016)
August 27, 2025
The Pass es una película británica que, a pesar de su aparente sencillez en estructura y puesta en escena, despliega una carga emocional intensa y desgarradora. La historia gira en torno a dos jóvenes futbolistas, Jason (interpretado magistralmente por Russell Tovey) y Ade (Arinzé Kene), quienes comparten una habitación de hotel la noche anterior a un partido decisivo. En ese ambiente de intimidad y tensión, un solo momento de contacto cambia para siempre el rumbo de sus vidas. Lo que podría haber sido una noche cualquiera se transforma en el punto de quiebre entre el deseo, la identidad y la represión.

Desde el primer minuto, la película nos sumerge en la complejidad de la masculinidad en el mundo del deporte profesional. La dirección de Ben A. Williams sabe cómo mantener al espectador atrapado, utilizando espacios cerrados y una narrativa lineal que se apoya más en la evolución emocional de los personajes que en grandes giros argumentales. El guion, basado en la obra de teatro de John Donnelly, es agudo, valiente y profundamente humano. Las conversaciones entre los protagonistas están cargadas de significados no dichos, silencios incómodos y miradas que revelan más que las propias palabras.
Una de las mayores virtudes de The Pass es su capacidad para mostrar la lucha interna de un hombre que niega una parte fundamental de sí mismo por miedo al rechazo y a las expectativas sociales. Jason, tras ese beso inesperado, inicia una espiral de autonegación, homofobia interiorizada y decisiones que lo alejan de cualquier posibilidad de felicidad genuina. Tovey ofrece una actuación poderosa, contenida y desgarradora, transmitiendo el dolor de vivir una vida construida sobre una mentira. Mientras tanto, Ade representa lo que pudo haber sido: una vida más auténtica, aunque no menos difícil.
La película no necesita muchos escenarios ni personajes para impactar. A través de tres momentos claves a lo largo de diez años, vemos cómo el recuerdo de aquella noche define las vidas de ambos hombres. The Pass no busca dar respuestas fáciles ni finales complacientes. Su fuerza radica precisamente en su honestidad brutal, en mostrarnos las consecuencias de reprimir la verdad por encajar en un molde que el mundo exige. Es una obra que incomoda, pero también invita a la reflexión más profunda sobre el precio del silencio.
Visualmente, la película mantiene un estilo sobrio, casi teatral, que potencia aún más las emociones de los personajes. No hay efectos especiales ni escenas grandilocuentes, pero cada encuadre está cuidadosamente pensado para subrayar la distancia emocional entre los protagonistas. La fotografía y la iluminación se convierten en herramientas narrativas que dialogan con los estados anímicos de los personajes. La cámara, casi invisible, se convierte en un testigo incómodo de una historia de amor no vivida.

En definitiva, The Pass es un drama psicológico que va mucho más allá del fútbol o de la orientación sexual. Es una historia sobre la identidad, el miedo, el arrepentimiento y la necesidad de aceptación. Una película pequeña en producción, pero inmensa en emociones y significado. Su mensaje perdura mucho después de que aparecen los créditos finales, dejándonos con una pregunta tan simple como devastadora: ¿Qué tan lejos estás dispuesto a llegar para negar quién eres realmente?

